Historias anáquicas

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Emblema de La Columna de Hierro

 

 

Conocer nuestra historia, saber de donde venimos es primordial para saber a donde nos dirigimos y cuales son nuestros objetivos. Los hechos histA?ricos acaecidos durante la guerra civil espaA�ola han sido muchas veces vilipendiados o ensalzados, dependiendo del prisma y los intereses del grupo que los narra.

 

Si hay una organizaciA?n de la cual se han lanzado mA?s improperios esa fue la CNT; atacada por todos los bandos, ya que esta organizaciA?n defendiA? desde el primer momento del conflicto la revoluciA?n social como fin A?nico de sus objetivos, frente a la legalidad republicano-burguesa defendida por socialista y comunistas, y frente a los militares golpistas.

 

 

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Milicianos anarcosindicalistas

 

 

 

A la CNT se la acuso de los mA?s terribles crA�menes y no me refiero a las muertes producidas en el frente de guerra, sino a toda clase acusaciones para crear una halo de terror entre la poblaciA?n civil de la retaguardia, como la de violaciA?n de religiosas, quema de edificios religiosos, que los hubo, pero muchos fueron atribuidos injustamente al sindicato.

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Cartel propagandistico de La Columna de Hierro
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JosA� Pellicer

Voy a relatar aquA� la historia de La Columna de Hierro. Grupo que tuvo sus orA�genes en el grupo a�?Nosotrosa�?, impulsado, entre otros, por el anarquista valenciano JosA� Pellicer acompaA�ado por Rafael MartA�, Francisco Mares, Diego Navarro y su hermano Pedro Pellicer.

 

El dA�a 8 de agosto de 1936, 800 milicianos partieron de Valencia con destino la ciudad de Teruel. Salieron en dos grupos, un de ellos, el grupo de Alcoy formado por unos 150 milicianos, que la pasar por Sagunto se les unieron una centena de voluntarios. Al llegar a SarriA?n sufrieron un ataque y tuvieron que detener la marcha. El otro grupo, al mando de JosA� Pellicer, formado por 400 milicianos voluntarios.

En un principio la falta de experiencia y la desorganizaciA?n a la hora de entrar en combate hacen que sufran varias bajas. Para atajar el problema deciden organizarse en Centurias. A finales de agosto la Columna estA? formada ya por mA?s de 1500 milicianos a los que acompaA�an soldados del ejA�rcito republicano, sumando mA?s de 2000 efectivos. Se le siguen sumando milicianos, y al llegar el invierno de 1936 cuentan ya con cerca de 20.000 efectivos; de los cuales, solo 3.000 podA�an ir al frente por la escasez de armamento. El resto esperaba en la retaguardia esperando su oportunidad de ir al frente.

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Mujeres y hombres luchando codo con codo por lograr la utopA�a.

La Comuna de Hierro se hizo tristemente famosa por la propaganda rebelde y oficiosa, acusada de todo tipo de desmanes: como el saqueo de almacenes de vA�veres o ejecuciones sumarA�simas. Muchas ocasiones las tropas de frente tuvieron que abandonar sus puestos para arrestar a aquellos que haciA�ndose pasar por milicianos cometA�an toda clase de delitos.

Al gobierno de la repA?blica le aterraba el proceder de las milicias en la retaguardia, allA� donde actuaban imponA�an el comunismo libertario: colectivizaban las tierras entre los campesinos y anulaban la propiedad privada. Este espA�ritu colectivista se extendiA? por otras zonas controladas por la milicias de la CNT.

La Columna de Hierro actuA? como milicia de guerra y milicia revolucionaria, organizando asambleas de trabajadores y publicando informes explicando sus actuaciones ante la poblaciA?n civil, poniendo en prA?ctica el ideal anarquista de colectivizaciA?n de los medios de producciA?n.

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La falta de armamento frenA? las aspiraciones de los trabajadores.

La falta de municiA?n en el frente hizo que muchos milicianos tuvieran que abandonar el frente y dirigirse a la retaguardia en busca de armamento. Pero en muchas ocasiones se encontraron con la hostilidad de las fuerzas de orden republicanas que les impedA�an hacer su trabajo. Algunas veces esta provocaciA?n desencadenA? en enfrentamientos, en uno de los cuales asaltaron el penal de San Miguel de los Reyes, liberando presos polA�ticos y comunes.

En su bA?squeda de armamento desarmaron a la Guardia Popular Antifascista, que poseA�an fusiles y municiA?n pero que no actuaban en ningA?n frente de guerra.

Este tipo de acciones, acompaA�ada de la propaganda difamatoria hizo que se creara alrededor de las milicias de la CNT, una mala fama de terror entre la poblaciA?n civil de la retaguardia, a pesar de que el Gobierno republicano negociaba la entra de la CNT en el gobierno.

En octubre la Guardia Popular Antifascista mata al anarquista Tiburcio Ariza al negarse este al ser esposado en una redada. Al funeral acuden varias columnas de milicianos de la CNT. Al llegar la comitiva a la Plaza de TetuA?n, sufre un ataque por parte de las tropas republicanas, dando comienzo a un enfrentamiento armado entre grupos que en teorA�a luchaban en el mismo frente.

Las tropas milicianas del frente, al tener noticias de los sucesos de Valencia, decidieron abandonar el frente de Teruel y marchar sobre Valencia.

La intervenciA?n de los comitA�s de la CNT evitA? el ataque de los milicianos a la ciudad de Valencia y pudieron asA� allanar el camino para la entrada de la CNT en el Gobierno e la repA?blica.

Con la llegada del Gobierno de la repA?blica a Valencia, esta se convirtiA? en refugio de todos aquellos que querA�an evitar ir al frente. En diciembre todas las columnas organizan un ataque definitivo sobre Teruel. A la Columna de Hierro se le encomienda el ataque de Puerto EscandA?n, pero su esfuerzo fue inA?til al no recibir el apoyo de la artillerA�a republicana.

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La socializaciA?n de los medios de producciA?n y poner estos al servicio de toda la sociedad, eran las bases por la que luchaban los milicianos anarquistas.

Tras la militarizaciA?n de las columnas, en abril de 1937, la Columna de Hierro pasarA�a a convertirse el la 83A? Brigada Mixta y su comandante, JosA� Pellicer.

En la pelA�cula a�?Libertariasa�? se puede ver claramente el proceso seguido por los anarquistas durante la guerra civil espaA�ola y como el ideal revolucionario impulsado por la CNT quedA? frustrado.

Durante la dictadura la CNT sufriA? una represiA?n brutal, pero pese a esta el anarcosindicalismo sigue vivo entre la clase trabajadora espaA�ola y sindicatos como la CNT, CGT, Solidaridad Obrera y CSTS (STS-A) siguen creciendo dA�a a dA�a.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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